Una obra imprescindible que al abarcar el Simbolismo en su sentido más amplio recoge todos los pilares del arte del XIX que nos interesan, como los Prerrafaelitas, el Art Nouveau o Gustav Klimt.
“evocan de mejor gana la luna que el sol, el otoño que la primavera, el canal que el torrente, la lluvia que el azul del mar, lamentan la tristeza y el aburrimiento, la desilusión amorosa y la impotencia, la soledad y la aflicción de vivir en un mundo de agonÃaâ€.
Pasando ya a lo que esta obra nos muestra, habrÃa que decir que el libro tiene dos lecturas, la del texto por un lado y la de las imágenes por otro. En lo que al texto se refiere el autor ha concebido la obra diferenciando por áreas geográficas y haciendo un repaso somero de los diversos autores dentro de cada área. Hace eso sÃ, una introducción bastante profusa aunque la enfoca más al Simbolismo que germina a partir de Gaugin, y dedica menos lugar al Simbolismo más mÃstico de autores como Moreau o Von Stuck. Deja de un lado la interesantÃsima temática del Simbolismo, a saber, la mujer en sus tres vertientes (la mujer fatal, el andrógino y la mujer natural), lo onÃrico, lo espiritual, el erotismo y la muerte, para centrarse más en la producción general de los distintos autores. AsÃ, el libro nos descubre una gran cantidad de artistas menores dentro del Simbolismo y que no son frecuentemente tratados por las obras generalistas, de este modo se puede descubrir a personajes tan interesantes como Eliu Vedder, George Minne, Xavier Mellery, Georges de Feure o Ferdinand Doler.
Por otra parte me ha llenado de satisfacción ver que en su repaso por España incluye a nuestro gran baluarte simbolista que es el gran canario Nestor, personaje muy admirado por DalÃ, aunque no se hace eco de otros autores como Pradilla o la etapa simbolista de Julio Romero de Torres.