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 Conozca a los principales escritores del romanticismo estadounidense

El Romanticismo en la literatura norteamericana

 
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Página
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Publicado
2009-11-30
 
Fundamentado sobre todo en la figura de Edgar Allan Poe y a menudo confundido con el concepto de “narrativa gótica”, el tardío movimiento romántico en la literatura estadounidense del S.XIX engloba muchos otros matices y aspectos característicos y propios así como otros autores no menos relevantes que sentaron las bases de su literatura patria en aquella nueva sociedad en construcción.
 

Antecedentes.


Como movimiento artístico, cultural y político el romanticismo se conocía en la vieja Europa desde mediados del S.XVIII. Originario de Alemania y casi simultáneamente en Inglaterra (se suele dar como fecha de inicio 1789, año de la Revolución Francesa, aunque en la literatura lo marcan por un lado la corriente alemana del “Sturm und Drang” encabezada por Goethe y Schiller y la publicación en 1798 de “Lyrical Ballads”, manifiesto llevado a cabo por Wodsworth y Colleridge en Inglaterra) el romanticismo supone una ruptura absoluta con las reglas precedentes; es ante todo un movimiento revolucionario, por eso no extraña que se tome como precursor del mismo el inicio de la Revolución Francesa. Frente al carácter racionalista que imperó en la cultura del S.XVII el romanticismo aboga por el subjetivismo y la idea del “yo” dando prioridad a los sentimientos y emociones del ser humano, un ser humano que ha creado a partir de sí mismo un mundo personal. Políticamente estas ideas se transcribieron en una tendencia hacia el liberalismo frente al despotismo ilustrado del periodo anterior, lo que llevó al surgimiento de los primeros movimientos nacionalistas a medida que se fue extendiendo por toda Europa.

El Romanticismo en la literatura norteamericanaTodo esto va a influir por supuesto en la literatura de la época, lo que se traduce en una mayor libertad a la hora de crear una obra; tanto en narrativa como en poesía la técnica es mucho más libre al no estar sujeta a las normas clásicas tomadas como modelo a imitación de griegos y latinos a lo largo de la Ilustración y abogan en cambio por una libertad sólo limitada a voluntad del autor. Este subjetivismo, que es el denominador común de todas las artes durante este periodo, va a dar lugar en la literatura a una mayor relevancia del personaje frente al argumento y se comienza a indagar por primera vez en el factor psicológico de los personajes que más tarde desarrollarán en profundidad los modernistas del S.XX pero que tiene sus orígenes aquí.

Por otro lado, en lo que se refiere a la inspiración, se da un mayor gusto por las épocas medievales frente a otros periodos históricos, no sólo desde un punto de vista formal, es decir, al contrario que los escritores del periodo neoclásico (S.XVIII), que se dedicaron prácticamente a “reescribir” las obras clásicas, los románticos buscan la belleza en el mundo medieval de una forma podríamos decir nostálgica; como artistas desubicados, incomprendidos en su época, buscan en ese pasado remoto de ruinas, castillos y leyendas la inspiración para sus obras.

El Romanticismo en la literatura norteamericanaPor esta razón a menudo se confunde romanticismo con literatura gótica, siendo esta última en cambio un derivado del primero. Al contrario que la literatura gótica, que necesariamente debe estar ambientada en ese entorno casi legendario, la literatura romántica puede estar inspirada en él, pero no necesariamente. "Las desventuras del joven Werther"(1774) por ejemplo trata simplemente del desengaño amoroso de un adolescente de la época y es una novela romántica. Digamos que la característica principal de la literatura romántica atiende más al factor psicológico y emocional de los personajes que a la trama o ambientación medieval y fantásticas características de la literatura gótica, aunque ésta pueda contener asimismo retazos de lo otro y viceversa. Un ejemplo clásico de novela gótica sería "El Castillo de Otranto"(1765, considerada la primera del género) de Walpole; ambientada en la Italia medieval sus grandes fuertes son la acción y el terror envuelto todo en una iconografía recurrente de castillos, catacumbas y monasterios. Por otro lado, nos encontramos con las novelas de las hermanas Brontë como "Jane Eyre"(1847) o "Cumbres borrascosas"(1847) en las que los elementos fantásticos son menores en comparación con la carga dramática y sentimental de sus personajes y sin embargo son consideradas novelas góticas.

A medio camino entre ambas estaría el género de la novela histórica creado en este periodo por Sir Walter Scott, y que va a ser muy influyente en los orígenes de la literatura norteamericana. De este modo, basándose en personajes históricos escribe novelas como "Ivanhoe" (1819) y "Rob Roy"(1818). La primera, ambientada en la Inglaterra del S.XII, recoge las aventuras de un caballero sajón; la segunda tiene como protagonista a un héroe escocés del S.XVIII. Walter Scotts erá como decía relevante en la carrera del escritor estadounidense James Fenimore Cooper del que hablaremos más adelante. Para terminar este repaso a los antecedentes del romanticismo norteamericano destacaremos un par de aspectos más. Por un lado, la importancia de la naturaleza concebida no sólo como elemento creativo e inspirador sino también desde un punto de vista filosófico como la madre de todos los sentimientos humanos, sentimientos que el hombre ha ido perdiendo en su progresiva aproximación hacia el medio urbano en detrimento de esa vida natural y bucólica. El choque de estas ideas con la realidad de la sociedad en la que les ha tocado vivir provocará esas sensaciones de soledad y añoranza por formas de vida más cercanas a la naturaleza que a menudo se le atribuyen al artista romántico. Por otro lado, la creencia en la bondad natural del ser humano derivada de algunos conceptos de Rousseau y otros filósofos positivistas que será sobre todo fundamental en las teorías trascendentalistas de Emerson.




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Reportaje Escrito por: Jairo Herrero  


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