Nos sentábamos en el piso porque Rockotitlán –el único foro de rock genuino a donde acudíamos quienes queríamos escuchar música antes que hacer vida social– no tenía sillas.
Hubo un tiempo en que existió el underground. Las tocadas costaban menos de 70 pesos con derecho a tomarte una cerveza. Nos sentábamos en el piso porque Rockotitlán –el único foro de rock genuino a donde acudíamos quienes queríamos escuchar música antes que hacer vida social– no tenía sillas. Nos poníamos lo primero que salía del armario y a nadie le quitaba el sueño protagonizar ningún tipo de pasarela en los bares.
Los pantalones se nos rompían solos, debido al uso, y nadie los rasgaba con su navaja. Eran mediados de los 90 y el mal llamado grunge protagonizaba la que para muchos fue la última revolución genuina en la música.
Pero al margen, la escena oscura mexicana presumía la existencia de contadas pero saludables criaturas que habían encontrado una voz propia. Sin acogerse a tenebrosos lugares comunes ni estereotipos folcloristas, bandas como La Concepción de la Luna, Hueco, La Divina Comedia o Las Danzas traducían a su propio contexto la música gótica, el post punk y en lo general, las pesadillas oníricas que daban forma a canciones. En este caldo de cultivo florecieron El Clan y Ansia.
Ambos destacaron en las primeras dos ediciones del concurso La Batalla de las Bandas, organizado por el ya referido Rockotitlán. Ansia resultó triunfador en el primero y El Clan fue subcampeón al año siguiente.
De la primera banda se puede decir que sin ser meramente gótica, destilaba oscuridad aunque mucho más permeada de psicodelia. Con una fuerte herencia mamada de los Caifanes y unos muy discretos toques industriales, tenía en la voz del cantante Ricardo Lassala, una de sus cartas más fuertes. Era además éste el principal letrista del grupo, que abordó casi todo el abanico de perversiones y obsesiones sexuales a través de temas como 'El Miedo a las Mujeres', 'Linda (Déjame leerte en Braile)','Laguna Mental', 'Violeta' e 'Inversión Térmica'. Después de tres discos grabados y giras por países como Suiza y España –donde incluso telonearon a Paradise Lost– Ansia dejó de existir en 1996.
La trayectoria de El Clan ha sido mucho más errática, accidentada e impredecible.
Durante casi dos décadas de existencia ha mudado muchos más integrantes que pieles una serpiente. El puesto de cantante es quien más veces ha rolado, destacando su primer vocalista el carismático Castor que definitivamente ofreció el sello característico de la banda –bastante oscura en sus inicios, aunque prima hermana del punk– al interpretar temas del primer disco "Sin Sentir" (1994). Posteriormente, Hugo Grob habría de hacer lo propio hasta su salida para dedicarse a proyectos personales. Con él se grabó el álbum "Sigue Soplando el Ánima" (1998) que fue mezclado por Johnny Indovina, el cantante de Human Drama.
Tras la salida de Grob y un periodo de tiempo en el que lo incierto se mantuvo como la constante y pese a lo cual, o quizá debido a ello, El Clan reforzó su estatus como agrupación de culto, se integró en las vocales Ricardo Lassala, ex Ansia, viejo amigo de El Clan.
Su primera grabación fue el tema 'Boca de Lobo', incluido como único tema inédito en la recopilación "Cronología del Embrujo", de 2007. Ahí se anticipaba una fusión interesante, aunque al principio un poco forzada, entre las esencias de El Clan y la anterior banda de Ricardo. El proceso de adaptación fue complicado, como cuando se transplanta un órgano vital de un cuerpo a otro y existe la posibilidad del rechazo anatómico.
Sin embargo, en mayo de 2008 El Clan lanzó su primer álbum de estudio con Ricardo como principal letrista y encargado por completo de las voces. "Nadie Está Mejor Muerto", considerado por la revista Rolling Stone México como uno de los mejores discos de rock hecho en México durante ese año, es un material que elegante, sofisticado que al mismo tiempo rompe y conserva lo mejor de las bandas que lo vieron nacer. Prevalece la base de El Clan pero asoma la personalidad de Ansia. Temas como 'Nada por arder' o 'Ajenjo' son por completo de los primeros, mientras que en 'Crash on Ego' se advierte una influencia dominante de Ricardo, quien además lleva a la banda a incursionar en el idioma inglés por primera ocasión en su historia.
Hay quienes sostienen que lo que salió de la cruza entre ambas células musicales es un adefesio sin pies ni cabeza que vino a sepultar para siempre la grandeza de dos exponentes primordiales del viejo underground mexicano. Otros piensan que "Nadie está mejor muerto" y que Ansia y El Clan establecieron una simbiosis que les permitirá sobrevivir muchos años y generar canciones que harán incendiar todo un bosque de almas.