Concebido como un conjunto de colaboraciones en forma de artículos de plumas especialistas, se repasa y profundiza en la filmografía del cineasta de Michigan desde sus inicios splatter hasta su cima comercial alcanzada con nuestro arácnido enmascarado favorito
"Sam Raimi: De la Transgresión al Neoclasicismo" escrito por VVAA en la editorial de Calamar Ediciones (ISBN: 84-96235-07-6) con 167 páginas. Desde España y presentado en 2004 se encuadra en el género Cine Enlace Relacionado:Calamar Ediciones Valoración: 9.5 sobre 10
Con la impecable adaptación que Peter Jackson hizo de la trilogía de El Señor de los Anillos (salvo para el sector del fandom tolkeniano más extremista) se confirmaba que ser un director de pasado filmográfico bizarro y freak (Bad Taste, Braindead...) no estaba reñido con desenvolverse como un gran cineasta, más que capaz de adaptar personajes de ciclópea envergadura, manejar un producto de exorbitada financiación con el mismo mimo que si fuera su opera prima, y obtener un resultado que agradara a incondicionales de la obra adaptada así como que atrajera al espectador casual.
Pero este fenómeno de autor de cine de serie B moviéndose en presupuestos millonarios y adaptando personajes consagrados no es patrimonio exclusivo del orondo neozelandés. Sam Raimi fue el encargado de adaptar a la gran pantalla las andanzas de Peter Parkersu alter ego arácnido, sin duda uno de los buques insignias de la Marvel Comics, allá por 2002, y el resultado fue una película dinámica, fresca y más que digna, que alcanzaría altas cotas en su secuela (para decaer un poco en la tercera entrega, todo sea dicho).
Los inicios de Sam Raimi en el cine distan mucho de los grandes estudios donde se movería con comodidad posteriormente, y en su dilatada trayectoria ha tocado casi todos los palos, pasando por el splatter inicial (y casi fundacional) de la trilogía Evil Dead (que derivaría en humor a base de gags puramente físicos en su última entrega), el cine de superhéroes gótico (Darkman, concebido originalmente para la gran pantalla), el western atípico (Rápida y Mortal, con Sharon Stone), el thriller al más puro estilo del practicado por sus íntimos amigos los hermanos Coen, el pasteleo kevincostneriano en un film sobre un jugador de béisbol (¿?), o el thriller sobrenatural, hasta llegar en 2002 a la adaptación del trepamuros Spiderman y su secuela de 2004.
Desgraciadamente se quedan fuera de la cobertura temática del trabajo que analizamos la tercera entrega de Spiderman (la más castigada por la crítica) y la reciente y sublime Arrástrame al Infierno en la que el autor de Michigan retorna a sus inicios de cine de horror gamberro y puramente transgresor en los que más cómodamente se mueve. Quizás en una futura reedición de este mismo libro que nos ocupa tenga cabida un análisis de su última película, un hábil ejercicio de cine de terror de claro poder reconciliador con sus fans más viscerales.
De los seis artículos que conforman el presente volumen, comenzamos con uno soberbio de Ángel Sala (autor de "Godzilla: 50 aniversario"), titulado "Disgresiones para una modernidad pulp. Evil Dead: la trilogía asimétrica"donde se nos desgranan los tres films que le encumbraron en el cine de terror y fantástico, y que consagraron al personaje de Bruce Campbell (Ash) como el antihéroe arquetípico de Sam Raimi. Ángel Sala analiza las tres obras como una trilogía desestructurada y entrópica, en la que la primera (Posesión Infernal en nuestro país, Evil Dead en el original) es una reelaboración del segundo cortometraje de Sam Raimi (Within the Woods, 1978), la secuela Terrorificamente Muertos (Evil Dead II) es sensu strictu un remake o puesta al día con más fondos, giros argumentales impactantes y golpes de humor; finalmente la tercera entrega (El Ejército de las Tinieblas) es un auténtico desparrame pulp donde del terror y cosmogonía pseudolovecraftianas iniciales de la saga apenas quedan retazos. Concluye el artículo con textos sobre el westernRápida y Mortal (entendido como un experimento revitalizador del género) y sobre El gran salto, film de los hermanos Coen en el que Sam Raimi participó como coguionista y responsable de la segunda unidad de filmación.
Quim Casas en el segundo texto nos repasa la visión de la América Profunda en el cine de Raimi, con los dos thrillers (hasta la fecha) del director: el primero de corte criminal, Un Plan Sencillo, el segundo de tintes sobrenaturales, Premonición. Resulta especialmente interesante las conexiones del primero con Fargo, donde los personajes empequeñecen ante monumentales paisajes nevados de pureza infinita, pureza que parece faltar en el alma de los protagonistas.
Un inspirado Hernán Migoya es el responsable del artículo más bizarro del libro, en el que nos convence de que Entre el Amor y el Juego, con Kevin Costner de protagonista, es la mejor de todas las películas de Sam Raimi. Leer para creer.
El siguiente trabajo,"Los Héroes de Raimi. Un gran poder y una gran responsabilidad", nos repasa el modus operandi de Sam Raimi a la hora de crear personajes heroicos o antiheroicos como el caso del citado Ash. De especial interés y mención son los apartados en este texto dedicados a Darkman y las series televisivas Hércules y Xena, la princesa guerrera, cuya mención empezábamos a echar en falta.
Desirée de Fez profundiza de manera soberbia en la segunda entrega de Spiderman, contextualizándola en la obra de Sam Raimi, buscando comparaciones con trabajos previos y diseccionando la estupenda escena de apenas 1 minuto de duración, en el que el doctor Otto Octavius se convierte en Octopus yen la que vuelve el Sam Raimi de la saga Evil Dead. El terror, así como el aspecto humorístico y romántico en esta entrega del lanzarredes, son analizados de modo exaustivo.
El capítulo penúltimo (el último es una completa filmografía desde el primer corto hasta Spiderman 2) es uno de los más jugosos: Joan Pons ordena alfabéticamente todas las posibles referencias/influencias que tiene en su cine Sam Raimi, desde el terror cósmico Lovecraftiano, los cartoons clásicos de Tex Avery, los cómics de Marvel, el trío cómico The Three Stooges, los hermanos Coen o el propio Raimi.
En resumidas cuentas, pordoce euros tendremos en nuestra mano estos adictivos análisis que se mueven entre lo sesudo y exhaustivo y lo desenfadado, y que no podremos soltar hasta devorarlo con la misma fruición que un demonio kandariano...