Una mujer acosada por la melancolía decide luchar contra ella dejándose llevar por sus pasiones y deseos hasta el punto de cometer atroces crímenes en su desesperada búsqueda del placer.
"La fase del rubí" escrito por Pilar Pedraza en la editorial de Valdemar (ISBN: 978-84-7702-648-8) con 288 páginas. Desde España y presentado en Mayo de 2009 se encuadra en el género Terror Enlace Relacionado:Valdemar Valoración: 8.5 sobre 10
La editorial Valdemar ha reeditado esta novela de Pilar Pedraza ( Toledo, 1951 ) a través de su colección Diógenes, su excelente línea de libros de bolsillo. Esta idea es digna de felicitación, pues de esta manera se vuelve a poner al alcance de nuestras manos una novela de difícil acceso, pues tanto su primera edición, a través de Tusquets Editores ( 1987 ), como la segunda, a través de la editorial RBA ( 1994 ), eran bastante difíciles de encontrar. Sin duda se trata de una buena noticia que aquellos que no tuvimos oportunidad de leer la novela en su día deberíamos aprovechar sin dudar, puesto que esta novela es una de las mejores obras escritas por su autora, probablemente la mejor representante de la literatura gótica española.
La historia de "La fase del rubí" se desarrolla en una indeterminada ciudad castellana, en algún momento del siglo XVIII. Al igual que en "El síndrome de Ambras" la autora recurre de forma deliberada a la imprecisión a la hora de localizar el lugar de la acción y el tiempo de la misma, dando un margen muy amplio al lector para que sea él mismo quien escoja un punto concreto de Castilla y un momento particular del siglo XVIII, la centuria en la que razón y tradición empezaron a chocar, para poner en acción la truculenta historia que se nos cuenta en esta novela.
La historia está contada a dos voces, la tercera persona y la primera, encarnándose ésta última en lafigura de Imperatrice, una mujer de alta cuna y exquisito refinamiento, que se ve presa de una profunda melancolía contra la que intenta luchar dando rienda suelta a todas sus apetencias y pasiones, sin dejarse frenar por ningún tipo de barrera moral o judicial. Furiosos encuentros sexuales con hombres casi animalescos, zoofilia, pedofilia, asesinato, asistencia y participación en aquelarres... nada es bastante para esta Erzsébet Bathory en versión española.
La parte de la novela narrada en tercera persona se centra sobre las actividades de Torcuato, hermano de Imperatrice, por quién este siente un afecto que en ocasiones deja traslucir algo más que un simple amor filial. Torcuato es miembro de la Santa Inquisición, pero tanto su ánimo como su labor están muy lejos de parecerse a la de individuos de tan infausto recuerdo como Tomás de Torquemada. La ciudad donde vive tampoco le da muchos motivos para ejercer su oficio de forma rigurosa, excepto en el momento de la acción de la novela, en la que un extraño caso de posesión demoníaca tiene aterrorizadas a las gentes del lugar y muy preocupado al obispo.
"La fase del rubí" contiene momentos realmente inquietantes y terroríficos, como cuando por fín conocemos que ha sido de las criadas de Imperatrice que han ido desapareciendo a lo largo del tiempo, cuando Imperatrice visita la ciénaga y descubre el cadáver de una niña o los tratos de Ia dama con la bruja Mari Zarpa. Estos y otros muchos momentos adornan una trama en la que asistimos con morboso estupor a las atrocidades cada vez mayores que comete Imperatrice.
Lo más sobrecogedor de esta novela no son las cosas que hace Imperatrice sino el hecho de que podamos sacar la conclusión de que los hechos por ella realizados son los que cualquiera haríamos si no estuvieramos constreñidos por las normas y las convenciones sociales. Al fín y al cabo en lo que nuestra protagonista está embarcada no es sino en la búsqueda del placer, algo que todos perseguimos a nuestra manera, solo que ella ha decidido que para conseguirlo no va a tener en cuenta ninguna barrera. Estoy seguro que si a muchos de nosotros nos dieran la posibilidad de meternos en la piel de Imperatrice y pudiéramos actuar a nuestro auténtico y libre albedrío, sin cortapisas, dejaríamos a la protagonista de "La fase del rubí" a la altura de una monja carmelita.