Los fantasmas están entre nosotros; en cualquier rincón podemos descubrir una presencia que nos vigila, quién sabe con que intenciones. Ten cuidado y no les provoques...
"La habitación de la torre" escrito por E. F. Benson en la editorial de Valdemar (ISBN: 978-84-7702-624-2) con 288 páginas. Desde Gran Bretaña y presentado en 2009 se encuadra en el género Terror Enlace Relacionado:Valdemar Valoración: 8.5 sobre 10
Hasta que vi este libro en las estanterías de mi librería habitual no tenía ni idea de quien era E. F. Benson ( Gran Bretaña1867-1940 ). La bellísima portada que Valdemar ha preparado para la edición en bolsillo de este libro que ya publicó hace tiempo en su fastuosa colección Gótica ( y que se encuentra descatalogado ) nos muestra un angel doliente de conmovedora belleza, como los que a mí me gusta encontrar en la portada de un disco, por lo que no tuve más remedio que extraer el libro del estante de donde se hallaba y, acto seguido, llevármelo a mi casa previo pago de su importe.
Leyendo la breve introducción con que cuenta el volumen, e investigando un poco por Internet, descubrí por fín quien era E. F. Benson. Hijo de un arzobispo de Canterbury, hermano de escritores y buen amigo del también escritor M. R. James, nuestro hombre es uno de los más populares escritores británicos de finales del siglo XIX y comienzos del XX, desarrollando su labor no sólo en el género del terror sino también en el dela sátira y el melodrama. Sin embargo es en el terreno del espanto, y más concretamente en el subgénero de fantasmas y criaturas espectrales varias, donde E. F. Benson ha creado sus mejores obras, las cuales le han cimentado una sólida popularidad en el mundo anglosajón.
La presente antología se centra en ese tipo de cuentos, aunque no exclusivamente en ellos. También hay unos cuantos ejemplos de historias donde los "protagonistas” son criaturas repugnantes ( "Y ningún pájaro canta" ), con muchos puntos en común con los entes que más tarde nos presentaría H. P. Lovecraft en algunas de sus más conocidas narraciones. También tenemos algún cuento enel que los personajes se tienen que enfrentar a una raza de brutales humanoides perdidos en las montañas ( "El cuerno del horror" ). Pero es en los fantasmas en donde se centra el argumento de la mayoría de las historias del libro.
Algunos de esos fantasmas son entes profundamente crueles y malvados ( "Alfred Wadham el ahorcado" ), buscan venganza ( "La viña de Nabot" ) o arrastran un profundo dolor que además provoca la muerte a quien los ve ( "Cómo desapareció el miedo de la galería alargada" ). También hay algunos que anuncian sucesos que están por venir ( "En el metro" ), que recuerdan al protagonista los momentos más dulces de su infancia ( "Piratas" ) e incluso algún otro que, de algún modo, se alimenta de sangre y de pesadillas ( "La habitación de la torre" ). La variedad de espectros que recorren estas trece historias es absolutamente fascinante, creando momentos de gran tensión terrorífica que justifican plenamente el porqué del prestigio con que cuenta este autor dentro de un subgénero tan popular y tan extendido en el mundo anglosajón como es el de la literatura de fantasmas.
El estilo es fluido y ágil, presentando la mayoría de los relatos como un diálogo en el que un hombre le hace partícipe a otro de una historia que conoció a través de otra persona, o incluso de la que él mismo fue protagonista. Los ambientes en los que tienen lugar los cuentos suelen huir de los típicos escenarios góticos y terroríficos, situándose generalmente en plácidas mansiones victorianas en las que resulta difícil creer que algo amenazador se pueda apoderar de tan bucólico ambiente. Y ese es precisamente uno de los grandes aciertos del autor, trasladar el terror de sus escenarios habituales, donde de alguna manera podemos esperar tener encuentros con lo desconocido y con lo misterioso, para llevarlo a lugares donde nunca podríamos pensar en tropezarnos con algo así y que por tanto nos sorprende y nos aterroriza aún más.