Repaso biográfico y estilístico de este fotógrafo que trabaja con cadáveres, además de un análisis pormenorizado de cuatro de sus obras clave dentro de su trayectoria.
"Mujer masturbándose en la luna", Joel Peter Witkin. (Nuevo México, 1982, tiraje de 15 copias. Fotografía 37 x 38,2 cm.). Galería Fraenkel de San Francisco y Galería Pace MacGill de Nueva York. Reproducida en "THE BONE HOUSE".
Esta es una imagen, eminentemente física y sexual, de un desnudo. Imagen muy provocadora. Es desconcertante, los elementos son claros, aunque su contexto no, ¿cómo puede una mujer masturbarse en la luna? Hay una disonancia entre lo que vemos y el entendimiento en estos objetos tan poco probables. En la imagen hay algo que nos atrapa.
La mujer desnuda está colgada por su cintura y debajo de los brazos, y además se abraza fuertemente al cuarto de luna. La mujer está arqueada, apoyando todo su cuerpo sobre el perfil de la luna, tiene todos sus músculos en tensión y su cabeza está girada, no la vemos el rostro, sino el largo cabello que le cae por la espalda. Los cuernos de la luna son una imagen fálica. La luna, con rasgos humanos, tiene los ojos tapados por una tela y su nariz está entre las piernas, en el sexo de la mujer.
Para Fontanella somos el blanco de la broma que gasta Witkin, “¡¡Esa luna que en todo tiene que meter sus narices!!” . Otra curiosidad es que mientras que la mujer está colgada, la luna no está en el espacio, sino que reposa sobre una superficie, superficie que se hace evidente por los papeles que hay alrededor. Y flotando en torno a las dos figuras hay unos elementos decorativos, motivos geométricos alargados con marcado carácter sexual.
Hay una atmósfera sexual en esta obra que enlaza con las pinturas más eróticas de Klimt o Felicien Rops. También podría establecerse un paralelismo con la "Salomé" de Franz Von Stuck, pues aparece una mujer y una cabeza, puede establecerse el paralelismo de la luna-cabeza con la cabeza del Bautista. Además esta es una de las pocas fotografías de Witkin donde la mujer es retratada con toda su femineidad y belleza, como una Venus. En esta imagen se subraya tanto el carácter fuerte de la mujer, y el carácter sensual-autoconsciente del sexo, como también el papel activo de la mujer en lo sexual. Witkin no hace fotografía directa, aspira a lo sublime, en una ocasión comentó en Artfinder “yo no hago fotografías en la calle, por ejemplo, porque no dependo de la estética que hayan establecido otros, la cual suele ser una estética feísima”.
Witkin nos está sugiriendo algo nuevo metafóricamente, creando objetos fantasmagóricos, su imagen está en un nivel de ficción y de artificio. Es una imagen física que huye de lo feo y de lo vulgar. Witkin ha fabricado un momento sublime.
BIBLIOGRAFIA
- Celant, Germano. "Witkin", Zurich, Scalo 1995. - Pultz, John. El cuerpo y la fotografía, Madrid, Akal 2004.
- Rubio, Pilar. “J.P.Witkin, la extraña belleza de lo horrible”, Lápiz 50, Madrid 1988.
- Photovisión nº 18: monográfico “Joel Peter Witkin”, Madrid 1988.
- Catálogo del Reina Sofia: Joel Peter Witkin, Madrid 1988.