El negro es un color repleto de significados, asociado a la oscuridad y a la noche, tanto hoy como en el pasado refleja un miedo a lo desconocido, pero a través de la historia se le atribuye también un valor antagónico de atracción y poder. Utilizado en la construcción de la apariencia se convierte en seña de identidad. Este artículo analiza su importancia estética y contribución al estilo en la escena gótica.
En 1861 se producen en Inglaterra dos hechos determinantes que convirtieron el luto en protagonista de la vida social. En un breve espacio de tiempo murieron la reina madre y el príncipe Alberto, la reina Victoria, su esposa, vistió de negro hasta su muerte en 1901. Siguiendo su ejemplo la corte inglesa se sumió en un riguroso luto. Como consecuencia no solo la alta sociedad sino las clases medias, en particular, emularon el ejemplo en su deseo de imitación de las clases superiores. Así durante la segunda mitad del siglo XIX se estableció en toda Europa la costumbre de adoptar una apariencia específica cuando moría un miembro de la familia. En tales circunstancias era obligatorio cuidar la apariencia externa, evidenciada tanto por la gravedad de la conducta como por el vestido. Esto demuestra cómo la indumentaria se puede convertir en un código lingüístico que expresa lo que somos y lo que sentimos.
Los especialistas han situado el final del apogeo de las manifestaciones del duelo en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. En el caso concreto de España, el luto ha sido un fenómeno generalizado hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad puede considerarse un modelo residual propio sólo de algún grupo étnico, por ejemplo los gitanos o de algún grupo de edad, como las viudas en determinados medios rurales.
La estética del luto es un referente para la escena gótica. Según García Malpica, profesor de Teoría de la literatura, “la actualización del tema de la muerte se desliza desde la tradición romántica, para insertarse en el corazón de la posmodernidad, a través de la escena gótica […] frente al desencanto del mundo producido por la sociedad capitalista y su forma de vida consumista, sus representantes ofrecen una visión oscura y estilizada de la vida”.
Valenzuela Arce, sociólogo mexicano, opina que: “la muerte en los góticos se define como un ambiente de trasgresión y disrupción de los discursos dominantes, se separa del discurso dominante sobre el orden y asume una condición del lado oscuro de la vida. Los góticos se rodean de símbolos que representan la muerte, representan y viven una muerte simbólica. ¿Pero qué es lo que está muerto? La muerte es de la sociedad, la de otros y con la de los otros la de ellos mismos, por lo que están de luto y muertos a su vez”.
¿Qué es lo gótico?
Responder a esta pregunta es difícil, tiene tantas facetas que desafía una explicación concluyente, es embarazoso incluso para un gótico aunque para muchos lo expresan como “una forma de ver la vida y de sentir”. El propio nombre de “gótico” no tiene un origen claro y los miembros del movimiento suelen huir del encasillamiento. Existen muchos estereotipos, desde los que están basados en el vestir o la música, hasta los que relacionan a los góticos con los cultos satánicos, esto ultimo es categóricamente falso. La escena gótica actual es tan amplia y variada como la propia sociedad que la envuelve.
En los años 70, en el clima de desempleo de las ciudades postindustriales en Inglaterra, nace el punk. Este movimiento que rechazó los valores morales de la era Thatcher, también proclamó: ¡No hay futuro! Una consecuencia del post-punk fue la subcultura gótica, básicamente un movimiento estético y musical; su ideología se tradujo en una manifestación de nihilismo, indiferencia e individualismo exacerbado. Los góticos fueron asociados con un nuevo estilo de música “dark/oscura” y un nuevo estilo de vestir con predominio del color negro. El periodo de máxima popularidad de la subcultura fue en la primera mitad de los años 80, pero nunca llego a desaparacer e incluso experimento un revival a finales de los años 90. Actualmente hay comunidades góticas, además de las virtuales, en todas las ciudades grandes del mundo globalizado.