www.mentenebre.com: Splatterpunk

"Channel 83" es el primer larga duración de Splatterpunk, proyecto personal de Óscar Javierre, ciudadano a regañadientes de este Neo-Tokyo ibérico en el que nos ha tocado a muchos de nosotros malvivir, y ejemplo hermoso y redundante de la mixtura y la clonación de los clásicos que todos amamos, clásicos de la canción electrónica que nos proporcionaron los fundamentos no sólo musicales, sino también los materiales con que construir nuestro particular corpus ideológico; nada original, por supuesto.
Splatterpunk - "Channel 83"

Así, bebiendo de los licores fosforescentes de bandas de cuyo nombre no queremos acordarnos, (y no por repulsión, sino por todo lo contrario), "Channel 83" nos brinda la sabrosa oportunidad de volver la mirada y los oídos hacia esos primeros 90, la EBM, y en particular ese fabuloso grupo que se niega a aceptar rendición alguna (aunque en Madrid diera no hace tanto tiempo un buen disgusto a quien decidió acercarse), aderezando el cóctel con una acertada revisión más informativa que formal, aunque no exenta de guiños al sonido más actual, no olvidemos esa remezcla de Ascii.Disko… En fin, lo que ahora se ha catalogado como Old School EBM, pero más atrevidamente ecléctico, permitiéndose alguna variación en temas determinados, poco entonces de ese Roland que desembucha una secuencia y a por el cut-off, (si acaso en XXX Terminador,) más bien bases de bajos encapsuladas, disparadas a ráfagas umbrías y solitarias, maquinaria de pesada relojería con una firme vocación de denuncia, tanto social como personal; sueño o más bien pesadilla cibernética que nos revela (nos desvela) un mensaje harto conocido: The Future Is Now. Y no nos gusta una mierda.

Y hete aquí la paradoja de todos estos discos que religiosamente depositamos en nuestros equipos estéreos: el consumidor irritado se compra un disco compacto en su tienda favorita (no lo olvidemos, tiene ya una tienda favorita), se lo lleva a su casa (o dormitorio) y lo pone en su aparato de música ¿para qué? ¿Para gozar o incluso hozar venalmente con tanta miseria y decadencia? La épica de una lamentable derrota, -la de una humanidad sin humanidad- nos resulta deliciosamente conveniente. ¿No estamos acaso condenados? Son las nuevas danzas de la muerte, bailamos al compás de una guadaña que ha de castrar nuestra libertad más íntima: la intelectual. Lo que nos hizo humanos. Por si no lo saben: crecer es hablar, leer, escribir. Por ese orden.

Y entonces te pones un disco de esta catadura (ojo, que no se malinterpreten estas palabras: lo decimos desde la más honesta admiración), y hay que subir el volumen (Play It Loud!!!, no lo olviden nunca), y hay que bailar y gozar del momento. Bailar con 'Future Shock', que es un buen himno de apertura, bailar (como descosidos) con 'Psychoterminal', que personalmente es mi tema favorito del álbum, bailar con tantos otros y asentir con la cabeza ante un magistral finale plasmado en el tema 12: 'The Idiot The Mechanical Whore', en donde se verifican los datos aportados: forma clásica, contenido clásico, actualización de los lemas informativos, en este caso, unos estupendos samples de Aznar aseverando con sublime desvergüenza el asunto de las armas de destrucción masiva. Y todo ello aderezado de versátiles recursos: distintos tipos de voces (susurrada, codificada, encrespada), fortuitas bandas sonoras, beeps a discreción y distorsiones prudentemente administradas… Y todo lo necesario para recrear ese mundo futuro que ya se hizo carne y frente al que, pese al fracaso que nos supone, sólo nos queda bailar.

Aunque si lo escuchan leyendo un libro de Philip K. Dick o de Cormac McCarthy tampoco les va a ir mal.

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