Sordera placentera Jazkamer & Sunn O))) MN Simple MN Avanzado Publicado 2009-11-30 Jazkamer y Sunn O))) mostraron en marzo pasado lo mejor de la vibración agónica en una ciudad caracterizada por el ruido. Un reto para los oÃdos y el cuerpo o sencillamente tortura sonora.
Pocos espectadores, un lugar pequeño pero con buena acústica y la tan acostumbrada angustiosa espera nos hicieron desear ansiosamente que empezara la función, y no era para menos. En el cartel estaban programados los noruegos Jazkamer y los norteamericanos Sunn O))) , agrupaciones que, sin demeritar la música que se hace actualmente, retan sin tapujos a los fanáticos dondequiera que se presentan; y es que los altos decibeles que pueden manejar son metralla pura para quien no está acostumbrado a la descortesÃa y a la crudeza que salen de sus instrumentos.
Los primeros en abrir la noche fueron cuatro sujetos, que bajo el nombre de Jazkamer , han dado la vuelta al mundo llevando con ellos la consigna de romper toda estructura musical. Los responsables de asombrosas producciones como "Mort Aux Vaches ", "Metal Music Machine ", "Rolex " y "Art Breaker " ofrecieron poco menos de una hora de maniaca improvisación. Desde que vi salir a Lasse Marhaug con la mirada clavada, concentrado totalmente, supe que ofrecerÃa todo de él para re-crear una atmósfera única. Su manejo tan agresivo de la guitarra, los constantes cambios en los pedales y en las pastillas hacÃan verle como un desesperado por hacer añicos cada nota . El resultado fue un feedback que asombró por la destreza para crear no sólo ruido, sino anti-música. En el otro extremo, contrastaba la finura de John Hegre , quien igualmente destacó por la excelente ejecución de su instrumento, suave y sofisticada pero cooperando con la causa haciendo un feedback igualmente ensordecedor. En la baterÃa se encontraba como invitado Nils Are Drønen , quien con desgastante euforia azotaba a tutiplén como cavernÃcola con mazo en mano lo que encontraba enfrente. Lamentablemente la energÃa depositada lo dejó agotado a la mitad de la presentación y se retiró exhausto. Cada una de estas personas se encargó a bien de crear una capa sonora especÃfica que, en conjunto, emergió como una imponente montaña ruidosa que despertó exclamaciones y muchÃsima emoción en los presentes. El suplicio terminó cuando de repente cortaron y nos dimos cuenta que ya no habÃa más: el silencio nos despertó del letargo sonoro al que Jazkamer nos introdujo (con mucha facilidad, hay que decirlo) durante casi una hora. Aplausos y más aplausos fue su paga.
Cuarenta minutos después de finalizada esta primera fase de la odisea, salieron a escena unos encapuchados que, con paso lento y cabizbajos como monjes cartujos, rodeaban la fila de amplificadores y tomaban su lugar: eran Sunn O))) , acompañados por Marhaug (que se veÃa ansioso por volver a tocar) y sin más iniciaron su tan acostumbrado ritual. Pudimos escuchar en su mayorÃa canciones del disco "Dømkirke " y, lo más sorprendente fue la estoica figura de Attila Cshijar llena de músculos y con una pinta macabra.
El volumen desde el primer rasgueo hizo vibrar el pequeño local. No sólo se trataba de ruido como en Jazkamer , sino de una densidad abismal que literalmente derrumbó a algunos y reventó tÃmpanos a otros. Metódicamente pudimos ver a su lÃder, Stephen O´Malley , desgarrar con la plumilla las cuerdas de su guitarra sin despegarse de su eterno amigo el amplificador. Vehemencia y ocultismo definieron la pauta a seguir por la agrupación estadounidense, que por momentos puso en trance a la audiencia, llevándola por un sendero cósmico: nadie pudo escaparse de la lentitud de los riffs y al final se veÃa que todos estaban felices de pertenecer a la secta.
Precisamente sobre la densidad gutural, no sólo de la voz sino de las tres guitarras y del bajo, afirmamos que fue una tortura para el cuerpo, que después de un rato agonizaba y pedÃa un respiro, pero no lo encontró sino hasta que terminó el recital. Mención aparte merece la figura imponente de Attila, quien con movimientos lentos y muy marcados hacÃa un performance de cada una de las piezas que Sunn O))) ejecutó. Gritos desolladores aunados a la hilera de amplificadores que escupÃa notas graves terminaron por acabar con la mente de los más débiles. Al final, los autores materiales de esta masacre sonora se juntaron y agradecieron al público el haberles soportado. La respuesta fue emotiva y salieron las botellas de vino, como si estuviéramos festejando algo.
Un concierto que superó ampliamente las expectativas, sin duda.
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