El profesor Miguel Salmerón traduce, introduce y coordina esta edición del "Fausto" de Goethe. Sin un exceso de erudición sabe darnos las claves para que cualquiera que se aproxime a esta gran obra pueda apreciarla en toda su dimensión.
La segunda parte es bien diferente. Lo que más me llama la atención es el ensamblaje de un argumento de marcado carácter pagano dentro del sistema judeocristiano. Multitud de personajes de la mitologÃa clásica aparecerán, la protagonista femenina será la encarnación clásica de la belleza: Helena de Troya, y la mayorÃa de sus pasajes transcurrirán en lugares de la tradición grecolatina. A diferencia de la claridad de la primera parte esta segunda cuesta un poco más de asimilar, quizá por este encuentro de dos tradiciones diferentes en una misma narración. Como de todos es sabido Mefistófeles no triunfará, y de aquà la gran lección del Fausto, no hay ningún momento que el hombre desee que quede congelado eternamente pues la esencia del hombre es la acción, siempre quedará algo por hacer.