Una serpiente blanca, de edad y tamaño inconcebibles, yace en el fondo de un profundo pozo escondido en las catacumbas de un antiguo templo pagano, dispuesta a seguir devorando vidas humanas a través de incontables eras.
"La madriguera del gusano blanco" escrito por Bram Stoker en la editorial de Valdemar (ISBN: 84-7702-337-9) con 288 páginas. Desde Gran Bretaña y presentado en Enero de 2001 se encuadra en el género Terror Enlace Relacionado:Valdemar Valoración: 7 sobre 10
Cuando Bram Stoker publicó esta novela, allá por 1911, atravesaba una situación personal muy poco favorable; acosado por las deudas, consumido por la enfermedad ( según dicen, sífilis ) y medio drogado por los fármacos que tomaba, el autor no vivía precisamente su mejor época. Esta situación no mejoró en los pocos meses que todavía le quedaban de vida ( murió pocos días después del hundimiento del Titanic en 1912 ) puesto que "La madriguera del gusano blanco" no contribuyó apenas a aliviar las penas por las que el autor pasaba.
Y es que, si aún hoy sorprende la bizarría que domina la presente novela, no es difícil imaginar el asombro y el pasmo que debió provocar en la sociedad postvictoriana que vivió en directo su publicación. Esta reacción no sorprende teniendo en cuenta la historia que se nos cuenta: En cierto lugar de la costa británica existe un agujero de profundidad abismal en el que reside una monstruosa entidad, vieja como el tiempo, a la que los diversos pobladores de la zona han ido alimentando con seres humanos. Cuando dicha entidad, ayudada por uno de los habitantes de la zona, amenaza la existencia del protagonista y de sus seres queridos, éste se pone en marcha para destruirla.
En medio de tal argumento se entrecruzan varias historias paralelas a las que le hubiera hecho falta un mayor desarrollo y un mejor encaje dentro del nexo central de la novela. Algunos personajes hubieran necesitado también más apoyo por parte de su autor para conseguir sacarles el máximo rendimiento posible; es el caso, por ejemplo, de Edgar Caswall. Al principio, con todas las cosas que parece tener en común con el personaje de Drácula, parece prometedor, pero su historia se va diluyendo poco a poco entre las páginas de la novela. Sus luchas mentales con sus vecinas, Mimi y Lilla Watford, no parecen tener sentido ni objetivo claros, amén de que no se nos explica la razón de porqué tantos habitantes de la zona parecen tener poderes mentales tan asombrosos como los que éstos atesoran.
Otro personaje que, visto con la perspectiva de nuestra época, puede llegar a sonrojar es Ulanga, el criado de Edgar Caswall pues por el hecho de pertenecer a una raza que no es la blanca se le presupone una actitud canallesca, cruel, interesada y mezquina. Como castigo a su maldad intrínseca ( Bram Stoker no ahorra palabras a la hora de expresar que Ulanga es malo precisamente por pertenece a la raza a la que pertenece ) recibirá una muerte espectacular a manos de la fascinante Lady Arabella March, el único personaje realmente fascinante de la novela, quien arrojará al criado al pozo donde vive el temible gusano en lo que constituye la escena más vibrante y terrorífica de toda la novela.
Hay algunos personajes más que tienen cierto interés, más que por sí mismos por las similitudes que éstos tienen con otros antecesores suyos. Adam Salton, el héroe de la historia, reúne en su persona características de todo el grupo de cazavampiros que acosa a Drácula en la novela del mismo nombre, mientras que el Van Helsing de turno está repartido entre el tío de Salton y un amigo de éste. El único personaje realmente original es la perversa Lady Arabella, una mujer de singular belleza y frialdad, cruel y sumamente inteligente, que se come con patatas a todos sus compañeros de historia y que está a la altura del mismísimo conde vampiro en cuanto al intenso poder de atracción que ejerce sobre el lector.
A pesar de sus defectos, provocados seguramente por la delicada situación del autor, "La guarida del gusano blanco" se lee con agrado. Los diálogos son ágiles e ingeniosos y el argumento, aún teniendo en cuenta lo delirante que es en algunos momentos, discurre rápida y fluidamente. Los momentos terroríficos están perfectamente dosificados y son altamente efectivos ( el asesinato de Ulanga, el encuentro de Adam Salton con el gran gusano en medio del bosque... ) y la ambientación, en un sombrío paraje de la costa británica con varias referencias a la Transilvania draculiana, está muy conseguida. Realmente merece la pena leer esta historia, pues tanto sus virtudes como sus defectos ( casi más éstos que áquellos ) la hacen recomendable para cualquier lector exento de prejuicios.