Tras la exitosa primera parte de este “Goth Chic”, que es como se denomina en su idioma original, se edita en castellano la segunda parte de esta obra imprescindible para aquellos neófitos que tratan de adentrarse en los misterios profundos de la Cultura de la Oscuridad.
"Los ángeles del pecado - Cultura Gótica 2" escrito por Gavin Baddeley en la editorial de Ma Non Troppo (ISBN: 978-84-96924-05-5) con 240 páginas. Desde Gran Bretaña y presentado en 2007 se encuadra en el género Arte Enlace Relacionado:Ma Non Troppo Valoración: 8 sobre 10
El periodista y escritor británico Gavin Baddeley, miembro de la Iglesia de Satán y colaborador de medios informativos como la BBC o la revista Metal Hammer, se ha embarcado en una tarea absolutamente titánica; nada más y nada menos que tratar de profundizar y explicar las raíces de la cultura gótica que tanto vosotros como yo hemos abrazado sin reservas, pero sin saber muchas veces cuales son sus orígenes y porqué somos como somos, leemos lo que leemos o escuchamos la música que escuchamos. Tan dura misión ha sido desarrollada mediante dos libros, el primero, ya reseñado en Mentenebre y centrado en aspectos literarios, televisivos, etc, y este segundo, mucho más volcado hacia la estética y en la música. La forma de desplegar los contenidos en este “Ángeles del pecado – Cultura Gótica 2” es sencilla: Cinco capítulos y un apartado dedicado a bibliografía.
El primero de ellos se centra en la literatura popular y los cómics, haciendo mención por ejemplo a las novelas por entregas, como “Varney el Vampiro”, cuya autoría todavía se discute. El espacio dedicado a los cómics es mucho mayor, repasando títulos y personajes como Sandman, El Cuervo o Batman, y mencionando también los cada vez más abundantes cómics de humor gótico ( sí, nosotros también estamos físicamente capacitados para reir, y a veces lo hacemos, pero sin que se nos vea mucho ).
El segundo hace un sorprendente e interesantísimo análisis de la evolución de la música oscura, buscando antecedentes en la música clásica de compositores como el ruso Sergei Rachmaninoff, pasando después por el rock and roll de los cincuenta y los sesenta y por personajes como por ejemplo Screaming Jay Hawkings. También, ya finalizando los sesenta, se cita como principales referencias a la banda Velvet Underground y a su espectral cantante Nico, y también a The Doors y a David Bowie. Ya llegando a finales de los setenta y a los ochenta tenemos, cómo no, a The Cramps, Joy Division, Siouxsie and the Banshees, Bauhaus, Adam and the Ants, y tantos otros. Absolutamente de acuerdo con el repaso de los últimos veinte años; con respecto a la etapa de los sesenta hacia atrás tengo que decir que me ha sorprendido muchísimo y que, tal y como lo explica el autor, tiene bastante razón en lo que dice. Creo que su análisis es absolutamente brillante y muy original, a la vez que sólidamente fundamentado.
Los capítulos tres y cuatro son los que se centran sobre el tema estético y sobre las relaciones del movimiento gótico con el sexo y la sensualidad. En el primer apartado estoy absolutamente de acuerdo con la mayor parte de lo que dice el libro, sobre todo en que ha habido tres modelos femeninos que han marcado la estética de las mujeres góticas. Estas son Siouxsie, Patricia Morrison ( Sisters of Mercy ) y Lydia Lunch. En el segundo me ha llamado mucho la atención la relación entre gótico y pornografía, mencionando la obra del director de cine X estadounidense Michael Ninn, cuyas películas Forever Night, Shock, Ritual o, más recientemente, In the Garden of Shadows, Catherine o Sacred Sin, deberían ser obligatorias en la filmoteca de cualquier gótico que se precie.
El quinto de los capítulos es el dedicado más intensamente a la música que entendemos por gótica. Aunque en él se denominan góticas a bandas como Marilyn Manson ( aunque el autor admite que esto es algo que enfada a muchos góticos, entre ellos yo mismo ) o Medieval Babes, y se sigue pecando de una excesiva insularidad británica, este libro hace un mayor esfuerzo por abrirse a la música gótica que se hace fuera de Gran Bretaña, hablando de bandas estadounidenses, alemanas, italianas… En cualquier caso el repaso a la escena que hace el autor, aunque como digo es bastante selectivo, resulta realmente fascinante y clarificador para muchas almas que continuan perdidas por los negros senderos de la Oscuridad.
El libro, mucho más cargado de datos que su predecesor y con toda una pléyade de interesantes fotografías, es de lectura muy ágil y entretenida. La técnica periodística, la abundancia de datos y el talento para aunar ambos elementos hacen de esta obra un gratísimo entretenimiento con el cual además se pueden aprender bastante cosas y llenar más de una laguna. Creo que Gavin Baddeley ha salido con bien de esta auténtica epopeya que es tratar de explicar las raíces y las características de un movimiento cultural, el cual las personas que de alguna manera nos consideramos dentro de él somos incapaces de definir con claridad.