El escritor, historiador y guionista estadounidense David J. Skal hurga en los rincones más oscuros de las catacumbas de la cultura para sacar a la luz los secretos de ese submundo negro y ominoso del que tanto disfrutamos.
"Monster Show" escrito por David J. Skal en la editorial de Valdemar (ISBN: 978--84-7702-593-1) con 576 páginas. Desde Estados Unidos y presentado en Marzo de 2008 se encuadra entre los géneros Cine & Arte Enlaces Relacionados:David J. Skal & Valdemar Valoración: 8 sobre 10
Quince años después de su primera publicación en Estados Unidos, la editorial Valdemar edita en España este interantísimo ensayo sobre la influencia del mundo del horror y de los monstruos en la cultura estadounidense del siglo XX. Haciendo nuestro aquello de más vale tarde que nunca, debo decir que estamos ante uno de los documentos más interesantes sobre la cultura del horror en el país que más cantidad de pánico ha producido, consumido y exportado desde hace cien años, a base de coger mitos foráneos y jugar con ellos de forma tan inteligente que ha conseguido convertirlos casi en propios.
El libro se centra fundamentalmente en la influencia del horror en dos de las más grandes e inconcebiblemente potentes industrias estadounidenses; me estoy refiriendo a la televisión y al cine. Además, también hay numerosas referencias al teatro y a la literatura, amén de citas a otros ámbitos de la cultura y el pensamiento en los EEUU. En cuanto a la literatura destaca, cómo no, el extenso y jugoso espacio dedicado a la obra del magno Stephen King, mientras que en cuanto al teatro resulta interesante asistir a la lucha caníbal por los derechos para representar en los escenarios a Drácula y a Frankenstein; una batalla increíblemente rastrera y cruel que sorprende por su virulencia y por las retorcidas triquiñuelas que se llevaron a cabo para finalmente conseguir los derechos de representación en los escenarios de estos dos iconos del terror.
En el apartado de televisión nos metemos de lleno en la década de los cincuenta, una época en la que la llamada "caja tonta" robó el cetro del horror al cine a base de reponer las viejas películas clásicas de los años treinta, comentadas por presentadores vestidos y maquillados adecuadamente para la ocasión, lo que redundó en una lamentable banalización del género. En fín...
Pero el apartado más jugoso y extenso, sin duda, es para el cine. Desde las "patrióticas" manifestaciones en Los Angeles y Nueva York contra el estreno de la película alemana El Gabinete del Doctor Caligari ( 1919 ) hasta la mención a Dioses y Monstruos ( 1998 ), el retrato de James Whale, director de Frankestein ( 1931 ) y La Novia de Frankenstein ( 1935 ), David J. Skal hace un recorrido por el maravilloso y fascinante mundo del cine de terror estadounidense. Particularmente deliciosos son los capítulos dedicados a los años treinta y cuarenta, desde mi punto de vista los más brillantes del género. Resulta curiosa la teoría del autor de que a cada época le corresponde un tipo de terror diferente y que, con cada crisis ( el crack del 29, la crisis de los misiles con Cuba ) se experimenta un auge del cine de terror, pero de forma diferente según la época.
Por cierto que no quiero dejar escapar la oportunidad de mencionar la impresionante documentación gráfica con la que cuenta "Monster Show", con fotografías nunca vistas aportadas por instituciones públicas y por coleccionistas privados, entre los que destacan Forrest J. Ackermann y Lupita Tovar, la actriz mexicana que interpretó el papel de Mina en la version hispana de Drácula que se rodaba por la noche en los mismos estudios y decorados en los que se rodaba de día el Drácula de Bela Lugosi. Entre las fotografías aportadas me ha impactado especialmente ver por primera vez el rostro sin maquillar de Max Schreck, el actor que interpretó al vampiro en la película alemana Nösferatu ( 1921 ) y que se hizo celebre por su espectacular caracterización para el papel y también por su, al decir de la época, extraño comportamiento durante el rodaje.
Interesantísimo, muy documentado y de lectura amena y muy fluida, sólo le puedo poner una pega a este "Monster Show" y es que las notas a pie de página no están a pie de página, como deberían, sino juntas todas al final en unas cuantas hojas ( algo que suele pasar en los libros sobre cine, al menos en los que yo tengo ) con lo que resulta bastante incómodo interrumpir constantemente la lectura para ir a las notas; pero en realidad eso no es más que un pequeño inconveniente que resulta muy fácil salvar con un poco de buena voluntad. Estoy seguro que la incuestionable calidad del libro os hará olvidar enseguida esa minúscula incomodidad.