www.mentenebre.com: Crying Blood

Si alguna vez has querido buscar las puertas del infierno te recomiendo que te acerces al corredor del Henares, una zona de la provincia española de Madrid, al este de la capital, en la que se levantan ciudades como Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, Coslada o San Fernando de Henares. En medio de este infierno de cemento, hormigón, ladrillo, eriales y desempleo se encuentra con toda seguridad uno de los accesos a los dominios de Satanás, quien debe encontrarse en su ambiente en un lugar tan lleno de angustia, desesperanza, dolor y sufrimiento como es esta zona de España que quien esto escribe tan bien conoce porque da la casualidad de que vive allí.

Compartiendo residencia con el autor de esta reseña, la banda de black metal Crying Blood refleja a la perfección el sonido que se podría escuchar a través de la puerta del infierno que con toda seguridad se encuentra en esta zona de España en la que vivimos. Furiosas ráfagas de brutalidad avasalladora se mezclan con grandiosos ambientes de inigualable y malévola magnificencia. Las guitarras, afiladas y veloces, se mezclan con los sublimes bajos y la contundente batería para crear un ambiente sofocante, presidido en todo momento por unos teclados con una asombrosa capacidad para crear terroríficas y oscuras atmósferas.

Con más de diez años de existencia a sus espaldas, numerosos cambios de formación y varios trabajos autoeditados, este "Animae Damnatae" es el primer disco de Crying Blood para una casa discográfica. Este apoyo redunda en una notable mejora tanto del sonido, potente y avasallador como una apisonadora, como del artwork, sobrio, elegante y muy a tono con las letras de los temas. No quisiera dejar de mencionar este aspecto de la banda pues creo que es uno de sus puntos más fuertes; letras cautivadoras ( siempre en castellano ), plenas de una oscura y atrapadora magia. De entre todas ellas destacaría dos, la de 'El monte de las ánimas' ( una maravillosa y fidelísima adaptación de la más terrorífica de las "Leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer ) y 'Sólo ódiame', una letra que se va a convertir desde ya en uno de mis himnos personales. También son excelentes tanto el título como la letra de 'Los renglones torcidos del yo', inspirada en el relato 'Yo', de Darío Asensio, hermano de uno de los miembros del grupo y escritor, cuya obra "Videre" ha sido reseñada en esta misma web.

Crying Blood - "Animae Damnatae"

Aunque el nivel de todos los músicos de Crying Blood es excelente y va aumentando día a día, concierto tras concierto, sin embargo quiero destacar a dos. Uno de ellos es el teclista y alma mater de la banda, responsable de crear algunas de las más negras, grandiosas y malévolas atmósferas que yo he podido escuchar en una banda de estas características. El otro es el cantante; realmente admiro y envidio su capacidad para desgañitarse y para tensar al máximo sus cuerdas vocales en cada uno de los temas.

Aunque a lo mejor digo una barbaridad, espero que disculpable desde mi posición de neófito en las negras artes del black metal, creo que el sonido de Crying Blood se puede situar en algún lugar entre Cradle of Filth, Dimmu Borgir ( sobre todo en el "Enthrone Darkness Triumphant" ) y Emperor ( sus dos primeros discos ), por citar sólo unas cuantas de las bandas maestras de aquel black metal en el que los teclados son parte fundamental a la hora de crear atmósferas. Si tuviera que destacar alguno de los temas sin duda que me decantaría por el espectacular 'Sólo ódiame', muy diferenciado del resto por su notorio acercamiento al gothic rock, sobre todo en su comienzo. También me quedo con el brillante, y desgraciadamente corto, 'Polaris', otro tema diferente en cuyo minuto y medio de duración caben bellísimas melodías de guitarras acústicas, envolventes e inquietantes teclados, violines plenos de sublime embrujo y guitarras afiladas como los colmillos de una fiera. Una auténtica delicatessen...

De los temas más blackmetaleros escogería el tremendo 'El devorador de pecados', con infartantes y variados ritmos que se deslizan en medio de oscuras y potentes atmósferas creadas por todos los elementos de la banda, en eficaz y satánica conjunción. También me gusta 'Luzbel', breve, brutal y uno de los más tenebrosos temas de todo "Animae Damnatae". El ya mencionado 'El monte de las ánimas' comienza de forma engañosamente pausada para dar paso prontamente a una tormenta de siniestra furia, perfecta para sonorizar la terrorífica historia que se nos cuenta. 'Almas torturadas' tiene uno de los comienzos más geniales de todo el disco, con un despliegue magistral de los teclados, mientras que 'Procesión de difuntos' es uno de los que mejor combina la variedad de ambientes tan característica de este disco.

Y así podría seguir con todos los temas de "Animae Damnatae", pues todos y cada uno de ellos contienen momentos brillantes, plenos de una poderosa, avasalladora y brutal magnificencia. Recomiendo este disco a todos aquellos góticos que sientan curiosidad por descubrir los secretos de las artes negras del black metal, pues su mezcla de furia, pasión y oscuridad es la mejor manera que un neófito puede tener de penetrar en ese excitante mundo de sombras que se esconde detrás de las puertas de obsidiana que guardan la morada de Satán y de toda su corte de almas torturadas.

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Crying Blood - "Animae Damnatae"