Una joven que trabaja en un gran edificio de oficinas queda atrapada con un demente que está enamorado de ella en el interior de un parking durante la noche de Nochebuena. La noche perfecta para que nadie oiga sus gritos.
Aclarado esto, la historia nos cuenta las peripecias que Angela Bridges tiene que vivir en la fiesta de Nochebuena, cuando por causa de su trabajo se queda encerrada en el edificio. Carl, el vigilante del edificio, no está en su puesto y nadie puede abrirla las puertas y su coche extrañamente no arranca. Abajo, en el parking, se encuentra Thomas, el vigilante del mismo, que se ofrece a ayudarla, pero pronto descubrimos que esos no son realmente sus planes. En cuanto tiene la oportunidad la ataca y la deja inconsciente. Cuando Angela despierta se encuentra atada por los pies a una silla, en la garita del vigilante apostado frente a ella actuando como si nada hubiera ocurrido. Thomas lleva tiempo fijándose en Angela, está enamorado de ella, pero su raciocino está afectado por una enfermedad mental severa. Sin querer hacerla daño, tampoco la deja marchar. Lo único que quiere es estar con ella y demostrarla que el harÃa lo que fuera por su compañia, incluso matar. Angela tendrá que salir de ese parking cuanto antes, pues una persona asà podrÃa desestabilizarse aun más en cualquier momento y terminar matándola a ella.
El otro aspecto que me gustó es que existen varias secuencias en donde todo el mundo apostarÃa que tendrÃan una resolución concreta (acostumbrados a ver pelÃculas con muchos tópicos) ocurriendo finalmente otra cosa bien distinta. Esto la hace un poco impredecible, y aunque tampoco es que pueda dar mucho de sà una trama como esta, el contenido y desarrollo están bien llevados.
PelÃcula interesante, sin muchas pretensiones, y sobre todo para pasar una buena tarde de cine.