Segundo acercamiento del director mejicano al sórdido y siempre polémico tema de la Guerra Civil española, después de El espinazo del diablo.
"El Laberinto Del Fauno" dirigida por Guillermo del Toro con la distribución de Warner Sogefilms y presentada 2006. Interpretada por Sergi López como Capitán Vidal & Maribel Verdú como Mercedes & Ivana Baquero como Ofelia & Ariadna Gil como Carmen & Álex Angulo como doctor & Doug Jones como fauno desde España & Mexico y transcurre entre los géneros Drama & Ficcion , tiene una duración de 112 minutos. Enlaces Relacionados:Página oficial España & Página oficial USA & Juego online Valoración: 8 sobre 10
En el año 2001, Guillermo del Toro sorprendió al respetable con un cuento plagado de guiños fantasmagóricos que se salía ligeramente de los convencionalismos típicos de las películas del género. En aquella ocasión éramos testigos de un par de historias que discurrían paralelamente en una España dividida que parecía estar languideciendo mientras presenciaba los estertores últimos de la Guerra Civil.
Cinco años después, se estrena El Laberinto Del Fauno, precedida de una ovación unánime en el pase inaugural del Festival de Sitges y elegida por la Academia de Cine de México para representar a ese país entre las nominadas a mejor película de habla no inglesa en la próxima ceremonia de los Oscar.
Vidal, sanguinario capitán del ejército franquista está destacado en un pequeño pueblecito con un claro objetivo que llevar a cabo: exterminar de forma contundente los últimos reductos de resistencia republicana escondidos en las cercanías de la zona. Carmen, casada con él en segundas nupcias, extremadamente débil y en avanzado estado de gestación, ha decidido trasladarse a su encuentro con el fin de hallar el tan ansiado descanso del que le priva la gran ciudad y poder dar a luz junto al padre de la criatura. En el trayecto, será acompañada además de por un nutrido grupo de escoltas, por Ofelia, hija de un anterior matrimonio, que para colmo de males, siente hacia Vidal, un miedo / odio (dependiendo del plano) considerable.
Aunque esas serían las premisas sobre las que se sustentaría el guión de El Laberinto Del Fauno, me veo en la obligación de comenzar indicando las múltiples coincidencias existentes con El Espinazo Del Diablo para ayudar a entender mejor la intención final del hábil experimento de Guillermo del Toro. Y digo esto porque considero que ambas películas se encuentran estrechamente relacionadas en multitud de detalles y en todo caso, habría de considerarse este su último trabajo como una evolución lógica y bastante acertada de lo que pudimos ver hace 5 años, sin caer, eso sí, en una mera repetición insustancial de una misma historia.
Téngase presente además que la versión original de El Espinazo era bien distinta a lo que llegamos a ver en pantalla. En ella, una joven embarazada se reunía con su esposo en una casa retirada en la que anteriormente un sátiro había obtenido sus favores sexuales en el laberinto del jardín. La criatura a cambio de sacrificar a su hijo le otorgaba la vida eterna dentro de dicho laberinto. ¿Os suena de algo la historia? Sencillamente se desechó del guión primigenio porque el director no había sido capaz de conseguir el presupuesto necesario.
Pero bien, curiosidades al margen, voy a centrarme en otras cosas que resultan más obvias a simple vista, es decir, lugar y fechas elegidas para emplazar sendas historias: finales de la Guerra Civil (1939) y comienzos de la Posguerra (1944) respectivamente. Un plazo aproximado de unos cinco años de margen, que para más INRI, es justo el tiempo que separa un estreno del otro. Supongo que esto ha sido algo totalmente casual y no pasa de simple anécdota, pero lo que de casual no tiene nada son los diferentes comentarios del director que apuntan a El Laberinto como segunda entrega de una trilogía centrada precisamente en ese momento cruento de nuestra historia más reciente. Incluso ha llegado a adelantar que ya está trabajando en la adaptación cinematográfica del libro “39 93” de Sergi Sánchez como colofón final de un ciclo que ya ha sido tempranamente bautizado como la “trilogía española”.
Otro detalle que para muchos tampoco habrá pasado desapercibido son las repeticiones de Javier Navarrete en el capítulo musical y Guillermo Navarro en el fotográfico. El primero vuelve a dejar de manifiesto que es, de lejos, uno de los mejores compositores patrios. Tiene una habilidad innata para adaptarse a cualquier tipo de género, sabiendo manejarse a la perfección con partituras de extrema complejidad, aunque es en las melodías de mayor sencillez donde en mi opinión, más efectivo y contundente sabe mostrarse. Prueba de ello es el acertadísimo tema central, ¿sabes una nana? auténtico ejercicio de estilo que encaja como un guante durante los diferentes momentos de la película en que se deja escuchar.
Respecto a Navarro, poco puedo contar que no se haya dicho antes. Curtido en mil batallas, directores de la talla de Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, o como el caso que nos ocupa, Guillermo del Toro, han recurrido a él en repetidas ocasiones para dejar en sus manos la fotografía de sus películas. Como viene siendo habitual, su trabajo no ha sido en vano. Tanto interiores de la casa como paisajes rurales, son tratados con un mimo sobresaliente, rayando ya la perfección en las tres pruebas a las que es sometida Ofelia. Juega con maestría con luz y sombra potenciando con ello roles de buenos y malos e inquietando cuando más falta hace. Y por si esto fuera poco lo hace del modo más complicado posible, huyendo de nieblas artificiales y toda suerte de efectos especiales
Si además de esto sumamos que buena parte del peso de ambas películas recae en papeles infantiles y que sendas historias simultanean acontecimientos en diferentes planos, ¿qué tiene El Laberinto para que no haya sido tachada a todas luces como plagio absoluto por todos los críticos? Pues la respuesta es bien sencilla, las formas. Guillermo del Toro arranca su cuento esta vez, utilizando una premisa bien distinta a la de aquella ocasión, puesto que lejos de buscar la sorpresa finalo rememorar los viejos fantasmas, deja bien claro desde el primer fotograma el destino ineludible al que está condenada la niña.
Voluntariamente ha focalizado el resto del metraje en Ofelia, todo gira en torno a ella, importando poco o nada el resto de los acontecimientos. De antemano tenemos claro que el círculo ha de ser cerrado e incluso del modo en que se cerrará. Mientras que en El Espinazo se recurría a elementos sobrenaturales para dar fuerza al guión original, en El Laberinto se recurre a los fantásticos, con un añadido adicional, la duda continua sembrada al espectador. No terminamos de tener claro si determinados capítulos están sucediendo realmente o si por el contrario son fruto de la imaginación de la niña. Duda que quedará despejada cuando Ofelia invente una puerta en la segunda de las pruebas para conseguir saltar de plano para escapar de la bestia hambrienta, rompiendo de este modo las reglas básicas.
Mención especial merece el variopinto reparto, en el que se mezclan actores ya consagrados como Álex Angulo, Ariadna Gil o Maribel Verdú, con una jovencísima y casi desconocida Ivana Baquero. Si he de quedarme con alguien, lo haré sin dudar con Maribel Verdú, con una interpretación sencilla, resuelta sin estridencias y completamente creíble. Sergi López, en el papel de malo malísimo, sobreactuado por exigencias de guión para conseguir precisamente el efecto inverso en Ivana que apunta muy buenas maneras a pesar de su corta carrera.
Fragmento de nuestra historia disfrazada de cuento, pero cuento de claroscuros alejado de los cánones clásicos, con guiños continuos a títulos del tipo Mago de Oz, Historia Interminable, Sleepy Hollow,… incluso con persecución laberíntica al más puro estilo de El Resplandor. Derroche imaginativo y auténtica delicia a nivel visual, sabiendo manejar muy bien el tempo narrativo que no decae en ningún momento. Manteniendo un precioso pulso entre ficción y realidad. Más arriesgado Guillermo en esta ocasión detrás de la cámara con multitud de travellings sustentados muchas veces en el vuelo de las hadas e insecto palo. Totalmente recomendable para todos aquellos que vieron El Espinazo Del Diablo pudiendo estudiar de forma más detenida las múltiples semejanzas de las que hablaba, pero igualmente recomendable para los amantes del buen cine en general. Quizás a nivel histórico pueda pecar de poco creíble, incluso se puede encontrar algún agujero en el guión, pero para ser sincero, cuando las cosas son contadas con tanto mimo y ganas de hacerlo bien, difícilmente pueden ser condenadas al olvido, mal que le pese a Vidal.